

Todo sobre los frailecillos en Islandia: Cuándo y dónde verlos, consejos, etc.
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¿Sabías que Islandia es el hogar del 60% de los frailecillos atlánticos del mundo? Es el mejor sitio para ver estas adorables aves con sus picos coloridos y su pinta de payasitos. La verdad es que para muchos viajeros, ver frailecillos se convierte en lo más memorable de su viaje a Islandia.
En esta guía te voy a contar todo sobre estos pájaros: cuándo llegan estos, dónde puedes encontrarlos, y los mejores consejos para que tu experiencia sea inolvidable.
Información clave
- En Islandia vive entre el 60-80% de los frailecillos atlánticos del planeta (unos 8-10 millones de aves)
- Suelen llegar entre abril y mayo, y se marchan entre agosto y septiembre
- El mejor momento para verlos es de mayo a mediados de agosto, sobre todo por las mañanas y al atardecer
- Los sitios top son las Islas Westman, los acantilados de Látrabjarg y algunas islas cerca de Reikiavik
- Excavan madrigueras en los acantilados costeros y solo ponen un huevo por temporada
- No te acerques demasiado y jamás molestes sus nidos
Sobre el frailecillo en Islandia
Islandia tiene algunas de las colonias de frailecillos más grandes del mundo, con unos 8-10 millones visitando cada verano. Aunque hay cuatro especies de frailecillos en el mundo (el Copetudo, el Cornudo, el Atlántico y el Alca Rinoceronte), en Islandia solo encontrarás frailecillos atlánticos, los únicos que viven en el Océano Atlántico. Son unas aves pequeñitas muy fáciles de reconocer con sus cuerpos blancos y negros, sus patitas naranja brillante y esos picos tan coloridos que les han ganado apodos como "loros marinos" o "payasos del mar".
Estos pájaros llevan una doble vida: pasan casi 8 meses del año mar adentro. Y aunque en tierra firme parecen un poco patosos, son unos voladores increíbles que pueden alcanzar los 88 km/h batiendo sus alas unas 400 veces por minuto. ¡Una locura!
También son buceadores excelentes. Usan sus alas para nadar bajo el agua y pueden sumergirse hasta 60 metros para cazar pececillos como anguilas de arena o arenques. Y lo más flipante: un frailecillo puede llevar entre 10 y 30 peces en el pico a la vez gracias a unas espinas especiales que tienen en la boca.
Y aquí va un dato curioso que poca gente sabe: el pico tan colorido del frailecillo cambia según la temporada. Los colores intensos aparecen durante la época de apareamiento para atraer a su potencial pareja, pero en invierno, se les cae la parte exterior del pico y les queda uno más pequeño y grisáceo.

El frailecillo en la cultura islandesa
Los frailecillos han sido súper importantes en la cultura e historia de Islandia. Durante mucho tiempo fueron una fuente de alimento fundamental, y los islandeses aprovechaban su carne, huevos y plumas. De hecho, la caza excesiva casi los extermina hacia el año 1900, especialmente en las Islas Westman. Hoy están protegidos, aunque todavía se permite algo de caza controlada en algunas zonas.
Hay una tradición súper bonita en las Islas Westman: los habitantes rescatan a las crías de frailecillo que se desorientan con las luces del pueblo cuando salen del nido por primera vez. Los niños y familias salen por la noche a buscar a las aves perdidas por las calles para liberarlas al mar al día siguiente. ¡Una pasada!

Patrones de comportamiento de los frailecillos
Si de verdad quieres ver frailecillos en Islandia, elegir bien cuándo ir es fundamental. Vamos a ver qué debes tener en cuenta.
Temporada de anidación y apareamiento
Los frailecillos vuelven a Islandia en abril o mayo después de pasar el invierno en alta mar. Lo curioso es que regresan a los mismos sitios de anidación y muchas veces a las mismas madrigueras año tras año, lo que demuestra que son criaturas de costumbres fijas.
La temporada de apareamiento va de mayo a principios de septiembre, y sigue estos pasos:
- Cortejo y anidación (mayo): Los frailecillos llegan a los acantilados de la costa y se reencuentran con sus parejas (son fieles de por vida, ¡qué románticos!). Limpian sus viejas madrigueras o excavan nuevas usando pico y patas, creando túneles de hasta 1 metro de profundidad.
- Puesta e incubación (mayo-junio): La hembra pone un solo huevo, y ambos padres se turnan para incubarlo durante 36-45 días mientras el otro sale a pescar al mar.
- Crianza de polluelos (julio-agosto): Tras la eclosión, el polluelo se queda en la madriguera unas 6 semanas. Los padres hacen varios viajes al día para traerle peces.
- Abandono del nido (agosto-principios de septiembre): Los frailecillos jóvenes dejan sus madrigueras y se van al mar, donde pasarán 2-3 años antes de volver a tierra para reproducirse.
Patrones migratorios
Los frailecillos pasan la mayor parte de su vida en alta mar. Cuando terminan de reproducirse en agosto o septiembre, abandonan las costas islandesas y se dispersan por todo el Atlántico Norte.
Durante el invierno, estos pájaros cambian de aspecto: sus picos brillantes se vuelven grises, y las marcas de la cara se hacen menos visibles. Se quedan en el mar hasta la primavera siguiente, cuando el ciclo vuelve a empezar.
Esto significa que solo puedes ver frailecillos en Islandia durante un periodo corto, así que hay que planificar bien el viaje.


Mejor época para ver frailecillos en Islandia
Esto es exactamente lo que puedes esperar en cada estación si quieres ver frailecillos en Islandia:
Primavera
En primavera es cuando los frailecillos regresan a Islandia después de su temporada en alta mar. Suelen llegar a finales de abril y empiezan a instalarse en sus sitios de anidación en los acantilados. Los verás preparando sus madrigueras, pero como todavía no están todos, no hay tanta actividad. Si visitas en primavera, puedes pillar a los primeros en llegar en sitios como Dyrhólaey o las Islas Westman.
Verano
El verano es la temporada para ver frailecillos en Islandia. De mayo a mediados de agosto están por todas partes, super ocupados anidando, alimentando a sus crías y volando de un lado a otro con el pico lleno de peces. Es el momento perfecto para visitar lugares como los acantilados de Látrabjarg, las Islas Westman o Borgarfjörður Eystri, donde puedes verlos en colonias enormes. Eso sí, a finales de agosto ya empiezan a marcharse al océano, así que no lo dejes para muy tarde si los frailecillos están en tu lista de deseos.
Otoño
Para cuando llega el otoño, la mayoría de los frailecillos ya se han ido. Puede que algunos rezagados se queden a principios de septiembre, pero a mediados de mes prácticamente todos han puesto rumbo al mar. Los acantilados que en verano estaban llenos de vida ahora están tranquilos, así que el otoño no es buen momento para ver frailecillos.
Invierno
En invierno, los frailecillos están navegando por el Atlántico Norte, lejos de Islandia. Pasan estos meses a su aire, buceando en busca de comida y viviendo la vida en alta mar. Si quieres ver frailecillos, olvídate del invierno—tendrás que planear un viaje en verano para verlos en acción.


Mejores lugares para ver frailecillos en Islandia
Islandia tiene un montón de sitios geniales para ver frailecillos. Estos son los mejores:
Islas Westman
Las Islas Westman, especialmente Heimaey, tienen la colonia de frailecillos más grande de Europa, con aproximadamente la mitad de todos los frailecillos de Islandia. Esto las convierte en el lugar número 1 para ver frailecillos en todo el país.
El promontorio de Stórhöfði en Heimaey ofrece unas vistas increíbles con miles de frailecillos anidando a lo largo de sus acantilados. Puedes llegar a las islas en ferry desde Landeyjahöfn (un viaje de 35 minutos) o en avión desde Reikiavik.
Lo que hace este lugar especial es la tradición de rescate de polluelos en agosto y principios de septiembre. Si visitas entonces, puedes ver a los locales recogiendo las crías despistadas que han acabado en el pueblo, ayudándolas a volver sanas y salvas al mar.


Acantilados de Látrabjarg (Fiordos occidentales)
Látrabjarg, en los remotos Fiordos occidentales, es el acantilado de aves más grande de Europa y uno de los lugares más impresionantes para ver frailecillos en Islandia. Los acantilados se extienden a lo largo de 14 kilómetros y alcanzan alturas de hasta 440 metros. ¡Una pasada!
Lo mejor de Látrabjarg es lo cerca que puedes estar de las aves. Los frailecillos aquí apenas le tienen miedo a los humanos, y a veces te dejan acercarte a pocos metros. Esto es genial para hacer fotos, pero recuerda no asomarte demasiado al borde del acantilado y no pertubar los sitios de anidación.
Aunque queda lejos (unas 5-6 horas en coche desde Reikiavik), el paisaje es tan bonito y la cantidad de aves es tan grande, que hacen que valga la pena el esfuerzo si te gusta la naturaleza.


Islas Akurey y Lundey (Cerca de Reikiavik)
Si andas justo de tiempo pero aún así quieres ver frailecillos, estas islitas cerca de Reikiavik son buenas opciones. El nombre de Lundey literalmente significa "Isla de los Frailecillos", y ambas están llenas de colonias.
Hay varias empresas que hacen excursiones en barco desde el Puerto Viejo de Reikiavik, normalmente duran 1-2 horas. Lo bueno de estas excursiones es que no tienes que salir de la capital, y funcionan de mayo a agosto.
Los barcos mantienen una distancia adecuada para no molestar a los pájaros, pero suficientemente cerca para que los veas bien. Llévate unos prismáticos o una cámara con buen zoom para aprovechar al máximo.


Borgarfjörður Eystri (Este de Islandia)
Este sitio en el Este de Islandia te ofrece una experiencia genial para ver frailecillos, con unas 10.000 parejas reproductoras. Lo especial de Borgarfjörður Eystri es la plataforma de observación en Hafnarhólmi, que te permite ver frailecillos de cerca sin molestarlos.
La zona está super bien montada con escaleras, plataformas y carteles informativos, lo que la hace ideal para ir con niños. Los frailecillos aquí parecen bastante tranquilos con la gente cerca, y siguen a lo suyo sin inmutarse.
Aunque está bastante lejos (unas 8 horas en coche desde Reikiavik), merece la pena desviarse si quieres combinar la observación de frailecillos con la exploración de los preciosos fiordos y montañas del Este de Islandia.


Dyrhólaey (Sur de Islandia)
Cerca del pueblo de Vík, Dyrhólaey es un promontorio de 120 metros de altura con unas vistas increíbles de la costa sur. La colonia de frailecillos es más bien de tamaño medio, pero es mucho más accesible que otros sitios.
Lo práctico de Dyrhólaey es que está justo en la popular ruta turística de la Costa Sur, así que es fácil incluirlo en tu itinerario. El enorme arco de piedra y las vistas de las playas de arena negra ya son suficiente razón para visitarlo, así que te recomendaría ir incluso si no es temporada de frailecillos.
Ojo, que las autoridades a veces cierran parte de Dyrhólaey durante el principio de la temporada de anidación (normalmente hasta el 25 de junio) para proteger a las aves, así que comprueba si está abierto antes de ir.

Húsavík (Combinado con el avistamiento de ballenas)
Una actividad que te recomiendo a tope si vienes a Islandia es ir a ver ballenas. Solo lo he hecho una vez (estoy planeando repetir pronto), pero fue una experiencia tan flipante que todavía pienso en ella a menudo. Pero volvamos a los frailecillos.
El mar en Húsavík y los acantilados de alrededor están abarrotados de frailecillos. Lo chulo aquí es que puedes ver cómo se comportan en el agua en lugar de verlos en tierra. Los ves volando, cazando, buceando... es una pasada. Y todo esto mientras ves cetáceos enormes saliendo del agua. Imposible de superar.


Bahía de Breiðafjörður
Otro sitio genial es la reserva natural y bahía de Breiðafjörður, que está entre la Península de Snæfellsnes y los Fiordos occidentales, en el oeste de Islandia. La ubicación es justo lo que hace que esta zona atraiga a tantos frailecillos. Por suerte, puedes explorar la bahía con el tour en barco de Guide Of Iceland en uno de sus barquitos turísticos super equipados. Son antiguos barcos pesqueros islandeses, perfectos para observar aves porque son más pequeños.
Su tour de frailecillos sale de Stykkishólmur y te lleva a la isla de Elliðaey, que es donde más frailecillos hay en la bahía. La isla está llenísima de frailecillos, y durante la temporada alta, a mediados de julio, hay unas 2.000 parejas anidando allí.
Elliðaey es una isla super bonita que estuvo habitada hasta 1950. Te encantarán los edificios que quedan: una casa, un granero y un faro. El viaje es perfecto para los fotógrafos y cualquiera que quiera hacer fotos chulas de frailecillos. Lo mejor es que el barco puede acercarse muchísimo a los acantilados sin molestar a las aves. Y si tienes suerte, igual ves delfines, águilas y focas en el camino de vuelta.

Península de Tjörnes
En los acantilados de 60 metros de la península de Tjörnes, en el norte de Islandia, hay un montón de frailecillos. Puedes verlos haciendo una caminata rápida de unos quince minutos hasta la punta más externa de Tjörnes, que se llama Voladalstorfa. Estos acantilados ya son famosos de por sí por lo espectaculares que son: multicolores y con capas, y en la zona de alrededor hay un montón de fósiles de dos millones de años. ¡Una locura!
Después puedes ir al lado este de la península, donde vive otra colonia. Esto es cerca de Hringsbjarg, y hay una plataforma de observación donde puedes relajarte y ver a los frailecillos a gusto. La Península de Tjörnes está a casi 6 horas en coche desde Reikiavik, pero te prometo que vale la pena.

Ingólfshöfði
Y por último está el área súper aislada del Cabo Ingolfshofdi. Es un promontorio en la costa sureste de Islandia, más o menos a mitad de camino entre Skaftafell en el Parque Nacional Vatnajökull y la Laguna Glaciar Jökulsárlón. Esta zona es una reserva natural donde viven miles de aves diferentes. Obviamente hay frailecillos, y también grandes skúas (unas aves rapaces bastante intimidantes).
Para ver frailecillos aquí, puedes apuntarte al Tour de Frailecillos de Ingólfshöfði. Para llegar a Ingólfshöfði, el tour te lleva por aguas, pantanos y arenas en un carro de heno tirado por un tractor (¡súper divertido!). El guía te contará historias y te explicará todo sobre las aves mientras te guía con seguridad por las zonas de anidación del cabo. El viaje dura unos 30 minutos en cada dirección, y luego pasas una hora y media paseando por el cabo.
La caminata es un poco dura, sobre todo al principio que hay una pendiente empinada de arena y terreno rocoso. Pero después de esta primera parte, se vuelve más suave. En total son unos 3 kilómetros. Durante el paseo verás frailecillos por todas partes, así que créeme que merece la pena el esfuerzo.

Consejos para observar frailecillos
Para sacarle el máximo partido a tu excursión para ver frailecillos, ten en cuenta estos consejos prácticos:
- Escoge bien el momento: Visita por las mañanas o al atardecer, cuando los frailecillos están más activos, volviendo de pescar o preparándose para salir al mar.
- Lleva el equipo adecuado: Los prismáticos son imprescindibles en algunos sitios, y si quieres hacer fotos, una cámara con un teleobjetivo (200mm o más) te vendrá genial. Y no te olvides un chubasquero – el tiempo en Islandia puede cambiar en cuestión de minutos.
- Respeta la distancia: Nunca te acerques a las madrigueras o zonas de nidos, porque puedes estresar a los pájaros o incluso provocar que se hundan las madrigueras. Siempre quédate en los caminos marcados.
- Ármate de paciencia: Los frailecillos se mueven rapidísimo, y para hacer buenas fotos hay que tener paciencia. Planea estar al menos 1-2 horas en los sitios de observación.
- Apúntate a tours guiados: Los guías locales conocen los mejores sitios y te pueden contar un montón sobre el comportamiento y la conservación de estas aves. En algunos lugares, como las Islas Westman, los tours ayudan a las iniciativas locales de conservación.
- Vístete para el clima: Muchos puntos de observación están en acantilados expuestos donde puede hacer un frío y un viento tremendo incluso en verano. Ponte capas abrigadas e impermeables, y zapatos resistentes.
- Consejos para la cámara: Usa una velocidad de obturación rápida (mínimo 1/1000s) para capturar frailecillos en vuelo. La luz de la mañana temprana o la tarde es la mejor para hacer fotos.
- Nada de flash: El flash puede asustar a los pájaros y alterar su comportamiento natural.
Conclusión
Islandia te ofrece las mejores oportunidades para ver frailecillos atlánticos en su hábitat natural. La combinación de colonias enormes, sitios de observación fáciles de acceder y el hecho de que estas aves no temen demasiado a los humanos, crea una experiencia de naturaleza inolvidable.