Explorando Búðakirkja, la iglesia negra de Islandia que no te puedes perder
¿Con planes de ir a Islandia? No te pierdas la Iglesia Negra de Búðir, o Búðakirkja como la llaman allí. Es una pequeña iglesia negra que está ahí sola, en medio de un paisaje salvaje y precioso de Islandia, y tiene una historia que mola conocer. Si eres de los que disfruta con la historia, la naturaleza o sacar fotos, este sitio tiene algo especial para ti. Vamos a ver por qué merece la pena pasarse por Búðakirkja.
¿Qué es Búðakirkja?
Búðakirkja es una iglesia pequeñita pintada toda de negro, metida en un campo de lava en la península de Snæfellsnes. No es ni grande ni lujosa, pero ese color negro contra el terreno salvaje hace que llame muchísimo la atención. La gente le hace un montón de fotos porque tiene un aire diferente, como sacada de una peli. Todavía la usan para bodas y eventos pequeños, aunque esté en medio de la nada.
Está construida en madera y tiene forma de caja con una torrecita en lo alto. Dicen que es de estilo "danés": simple, sin florituras. Por dentro es acogedora, con sitio para unas 50 personas, un órgano y algunas reliquias, como una campana del siglo XVIII. No tiene ni agua ni baño: es básica, de las de antes.
Lo del negro viene de una sustancia como alquitrán llamada "brea" que untaban en la madera. Antiguamente usaban este material para proteger los edificios del tiempo durísimo de Islandia: lluvia, viento y ese aire marino que lo corroe todo. Es el mismo material que ponían en los barcos para que no se filtrara el agua. La brea mantiene la iglesia fuerte, y por eso Búðakirkja es una de las solo tres iglesias negras que quedan en Islandia. Es dura y, encima, queda chula.
Historia de Búðakirkja
Esta iglesia se remonta a más de 300 años atrás. Todo empezó en 1703 cuando un comerciante llamado Bent Lárusson montó una capillita de turba hecha con hierba y tierra. Hay una historia curiosa que cuenta que eligieron el sitio haciendo que alguien diera vueltas hasta marearse y luego dejándole tirar flechas; la construyeron donde cayó una de ellas. Curioso cuanto menos.
Para 1816, apenas se usaba, así que la tiraron abajo. Pero entonces apareció una mujer local con mucho carácter, Steinunn Sveinsdóttir, que consiguió reunir a la gente y, en 1848, la reconstruyeron. La que puedes ver ahora se renovó a fondo en 1987 y sigue en pie. Conservaron cosillas antiguas, como esa campana del siglo XVIII.
¿Por qué merece la pena visitar Búðakirkja?
Vale la pena parar porque es una pasada verla. La iglesia negra destaca contra los campos de lava, las montañas nevadas o un cielo despejado; la naturaleza la hace lucir genial. A los fotógrafos les encanta porque cualquier momento es bueno para sacarle fotos, ya sea con sol, tormenta o nieve.
Pero la iglesia es más que una cara bonita. Su historia te conecta con el pasado; lo que hizo Steinunn para reconstruirla hace más de 150 años no fue moco de pavo. Ir allí es como meterte de lleno en la historia de Islandia. Además, se respira una tranquilidad... Si los sitios con mucha gente te agobian, Búðakirkja te ofrece un respiro con naturaleza salvaje por todas partes. Es un sitio especial para visitar, tiene ese tipo de aura que a veces notas en estos edificios antiguos.
Ver el interior de la iglesia no es nada fácil, ya que normalmente está cerrada y solo la abren para eventos especiales, pero con solo mirar el edificio desde fuera ya te quedas flipando.
Dónde está Búðakirkja y cómo llegar
Búðakirkja está en la península de Snæfellsnes, a unas 2,5 horas en coche desde Reikiavik, la capital de Islandia. La llaman "Islandia en miniatura" porque lo tiene todo: montañas, campos de lava y playas, concentrado en una zona. La iglesia pertenece al pueblo de Búðir, que a su vez forma parte de un campo de lava enorme llamado Búðahraun. Para llegar, tomas la Ruta 54, luego giras hacia la Ruta 578 dirección Búðir. La carretera es estrecha pero llana y te lleva directamente a la iglesia.
Coger un coche de alquiler es lo mejor que puedes hacer. Con uno de nuestros coches, puedes recorrer la península a tu aire. En invierno, a veces la nieve bloquea el final del camino, pero suelen despejar hasta el Hotel Búðir, que está cerca, y desde ahí es un paseíto corto. Con coche este viaje se hace mucho más fácil.
La mejor época para visitar Búðakirkja
Puedes ir a Búðakirkja cuando te dé la gana, en cualquier época del año. En verano, de junio a agosto, los días son larguísimos y hace un tiempo decente para estar un buen rato por allí. En invierno, de diciembre a febrero, está nevadita, y si tienes suerte puedes ver auroras boreales. Primavera y otoño son más tranquilos, con unos cielos nublados que pegan mucho con el ambiente de la iglesia. Lleva ropa de abrigo; en Islandia hace un frío que pela y hay viento todo el año.
Qué hacer en Búðakirkja y alrededores
Hay un montón de cosas para hacer en Búðakirkja y cerca. Mira lo que puedes hacer:
Sacar fotos chulas
La iglesia negra con ese terreno salvaje alrededor da para unas fotos increíbles. Puedes captar los campos de lava extendiéndose, el glaciar Snæfellsjökull asomando por detrás, o el océano si está despejado. Con la luz de la mañana queda espectacular, y con los cielos nublados tiene un rollo melancólico súper chulo. Tráete la cámara o el móvil; aquí es imposible sacar una mala foto. Da una vuelta alrededor de la iglesia para pillar diferentes ángulos, como el cementerio o las colinas de los alrededores.
Explorar el cementerio
Al lado de la iglesia hay un cementerio pequeño y antiguo rodeado de rocas de lava. Las tumbas son viejísimas; la gente tenía que traer arena desde la playa para hacerlas, porque el suelo era demasiado rocoso para cavar. Es un sitio muy tranquilo. Date una vuelta con respeto y piensa en la gente que está enterrada ahí desde hace tanto tiempo. A veces puedes encontrar nombres o fechas antiguas grabadas en las piedras.
Caminar hasta la playa
A solo 2 minutos andando desde la iglesia llegas a la playa de Búða, una playa dorada con rocas de lava negra mezcladas por todas partes. Los colores juntos molan un montón: arena amarilla contra rocas oscuras. A veces se ven focas nadando o simplemente puedes quedarte escuchando el sonido de las olas. Está tan cerca que puedes bajar después de ver la iglesia. Tómate tu tiempo y disfruta del aire puro; es perfecto para desconectar.
Visitar los acantilados de Arnarstapi
A solo 20 minutos en coche te plantas en estos acantilados con formaciones rocosas y arcos que salen del agua. En verano se llenan de pájaros como los frailecillos. Arnarstapi es también un pueblecito pesquero, así que verás casitas y barcos. Es una visita que complementa muy bien la de Búðakirkja, y no está nada lejos. Hay un caminito fácil que va por la costa y conecta Arnastapi con otro pueblito precioso llamado Hellnar. El sendero se hace sin problema y las vistas son espectaculares.
Visitar la montaña Kirkjufell
30 minutos de coche y llegas a esta montaña puntiaguda que salió en Juego de Tronos. Tiene una cascada cerca, Kirkjufellsfoss, y juntas forman una de las imágenes más típicas y famosas del país. El aparcamiento está justo al lado de la carretera, así que es súper cómodo para parar. Hay gente que la sube, pero con solo mirarla ya merece la pena. Es una parada extra genial con tu coche de alquiler.
Disfrutar de un aperitivo en el Hotel Búðir
Cerca de la iglesia está este hotel con un restaurante calentito y unos ventanales enormes. Párate a tomar un chocolate caliente o algo de picar y quédate embobado con los paisajes de alrededor. Es un sitio perfecto para descansar si hace frío o necesitas reponer fuerzas. No hace falta que te quedes ahí; simplemente entras, pides algo y listo. Las vistas son una pasada.
Ver la playa de Ytri-Tunga
A unos 20 minutos de Búðakirkja está esta playa de arena dorada, algo que no es nada común en Islandia. Las focas suelen tumbarse en las rocas o nadar cerca de la orilla, sobre todo en verano. Hay un aparcamiento junto a la Ruta 54, y luego un paseo cortito hasta la playa. Si tienes prismáticos, tráetelos, porque a veces las focas están un poco lejos. Es un sitio tranquilo para pasar el rato y ver animales.
Mirar los acantilados de Lóndrangar
A 15 minutos en coche desde la iglesia se encuentran los acantilados de Lóndrangar, dos pedazo de rocas de basalto que salen del océano, como si fueran los restos de un volcán antiguo. Son altísimas, unos 75 metros, y en verano se llenan de pájaros que anidan ahí. Aparcar en el mirador y caminar un poco para verlas de cerca. Las olas pegan con fuerza aquí, y los acantilados te dan esa sensación de algo antiquísimo y sólido. Los lugareños dicen que hay elfos viviendo por ahí, lo que le da un toque divertido al asunto
Parar en la playa de Djúpalónssandur
A unos 25 minutos está Djúpalónssandur, una playa de arena negra con guijarros lisos y trozos oxidados de un naufragio esparcido por todas partes. Hay cuatro piedras enormes que los pescadores usaban para probar su fuerza; prueba a levantarlas si te ves con ánimo. El aparcamiento está cerca, y para llegar a la playa solo hace falta caminar un pequeño sendero. Los acantilados de alrededor y la arena negra lo convierten en un sitio con mucho rollo para explorar.
Conclusión
La Iglesia Negra de Búðir es un descubrimiento guay que hace que Islandia sea diferente. Tiene historia, es una pasada verla y transmite una sensación de paz, todo en un solo sitio. Con uno de nuestros coches de alquiler, puedes incluirla en tu viaje a Islandia y recorrer la península de Snæfellsnes como más te apetezca. Coge la cámara, conduce hasta allí y descubre por qué Búðakirkja mola tanto entre los viajeros. ¡A disfrutar!