
Guía de viaje a Þingeyri, Islandia
Þingeyri es un pueblecito pesquero perdido en el extremo noroeste de Islandia. Está en una lengüita de tierra que se mete en un fiordo y, con apenas 250 vecinos, transmite una calma increíble y esa sensación de estar lejos de todo… pero en el mejor sentido posible.
Esto es todo lo que necesitas saber si estás planeando ir.
Ideas clave
- Pueblo pesquero enano: Unas 250 personas viviendo en una de las zonas más remotas del país.
- Paisaje de postal: Una franja de tierra rodeada de montañas y del fiordo.
- Senderos fáciles: Un paseíto montaña arriba te regala vistas espectaculares.
- Mucha historia: Fundado en 1787 y con raíces vikingas muy profundas.
- Lejos a propósito: Desde Reikiavik se tarda 5 o 6 horas en coche, pero ese aislamiento es parte de su encanto.
- Mejor en verano: Entre junio y septiembre todo está abierto y el tiempo acompaña más.
¿Qué es Þingeyri? Una explicación rápida
Þingeyri es uno de esos sitios que descubres de casualidad y que, en cuanto llegas, te despiertan ganas de saber más. Está en los Fiordos Occidentales, la zona más remota de Islandia. Su nombre significa “lugar de asamblea” porque en la época vikinga la gente venía aquí para reuniones importantes.
El pueblo sigue viviendo de la pesca. Verás barquitos de colores en el puerto y pescado secándose al aire libre. Y detrás del pueblo se alzan montañas enormes que hacen que todo parezca acurrucado contra el paisaje.
Justo detrás de la iglesia hay tres montículos de hierba que, de entrada, no dicen demasiado, pero que resultan ser los restos de salas de reunión vikingas con mil años de historia. Imaginar a la gente debatiendo allí hace tantos siglos da un poco de vértigo… del bueno.

Por qué visitar Þingeyri por encima de otros sitios en Islandia
La mayoría de los turistas en Islandia van a las atracciones junto a la Ring Road o visitan los sitios famosos del sur, que suelen estar hasta arriba. Þingeyri, en cambio, está prácticamente vacío.
La gran baza aquí es poder disfrutar de la naturaleza sin gente alrededor. ¿Quieres subir por la montaña detrás del pueblo? Igual no te cruzas con nadie en todo el camino. Y si lo tuyo es la bici de montaña, la ruta Svalvogar es de las más míticas del país… aunque no es ningún paseo y solo es para gente con experiencia.
El pueblo tiene un encanto muy auténtico, sin florituras. La vida gira en torno a la pesca; los vecinos se conocen todos y la piscina es el lugar donde se entera uno de todo. Si te invitan a una lectura de sagas o a una recreación vikinga, no es un numerito para turistas: es algo que hacen porque les encanta.
Y encima, es más barato que Reikiavik. Las guesthouses rondan los 85–130 euros, y el café del pueblo es famoso por sus gofres, que muchos juran que son los mejores de Islandia… y no cuestan un ojo de la cara.

Ubicación y cómo llegar
Þingeyri está metido en lo más profundo de los Fiordos del Oeste, en el fiordo Dýrafjörður. Llegar lleva su tiempo, pero precisamente por eso sigue siendo tan tranquilo.
Desde Reikiavik son entre 5 y 6 horas en coche, según cómo estén las carreteras. Primero tomas la Ruta 1 hacia Borgarnes y luego la Ruta 60, que te mete en los Fiordos del Oeste. Algunas carreteras, especialmente las de montaña, pasan a ser de grava. El último tramo, la Ruta 622, va literalmente pegado al borde del fiordo.
En teoría, las carreteras abren todo el año, pero en invierno la cosa se complica: nieve, hielo, ventisca… lo típico. Consulta road.is antes de salir.
Si no te apetece conducir, puedes volar. Icelandair tiene vuelos diarios desde Reikiavik a Ísafjörður (unos 40 minutos), y desde allí, en coche, son solo 30 minutos hasta Þingeyri.
En verano también hay un autobús que conecta los pueblos grandes del área. Pasa pocas veces a la semana y está pensado sobre todo para locales, así que puede ser un poco rollo para los turistas.
Qué hacer allí
Para ser tan pequeño, Þingeyri tiene más cosas que hacer de lo que uno se imagina, sobre todo si te gusta estar al aire libre o te tira la historia. Todo está cerca y se disfruta sin prisas.
Subir al monte Sandafell
La montaña que se ve desde el pueblo se llama Sandafell. Tiene solo 362 metros, así que el ascenso es bastante llevadero: una o dos horas como mucho. El sendero empieza en las afueras y sube entre musgo y vegetación bajita.
Desde arriba las vistas del fiordo son una pasada. Si el día está claro, parece que la vista no tiene fin. También hay un camino apto para subir en coche si no te apetece caminar.
Zona vikinga y antiguos lugares de asamblea
Detrás de la iglesia están los montículos que marcan las antiguas salas vikingas. Cerca, los vecinos han montado una pequeña zona con asientos de piedra y hogueras.
A veces organizan allí lecturas de sagas. Escucharlas en ese paisaje, donde se contaban hace siglos, tiene algo muy especial.
Ruta Svalvogar en bici de montaña
Este circuito de 49 km es famoso entre ciclistas muy experimentados. Pasa entre dos fiordos y cruza zonas donde no llegan los coches.
La ruta es dura: algunos tramos costeros desaparecen con la marea alta y otros en la montaña obligan a llevar la bici a cuestas. La mayoría tarda entre 6 y 8 horas en completarla.
Si te atreves, el paisaje es espectacular: acantilados, ruinas de antiguas granjas, un faro perdido en mitad de la nada…
Kayak en el fiordo
En días tranquilos, remar en Dýrafjörður es una maravilla. Un guía local, Óðinn, organiza excursiones por calas pequeñas donde, con suerte, podrás ver focas.
Los tours bajo el Sol de Medianoche en verano son memorables: remar en esa luz dorada, con el agua quieta, es casi de película. Incluyen todo el equipo, así que cualquiera puede apuntarse aunque no tenga experiencia.
Antigua herrería
Þingeyri tiene la herrería en funcionamiento más antigua de Islandia, abierta desde 1913. Hoy es un museo donde puedes ver cómo se reparan herramientas y piezas de barcos con técnicas tradicionales.
Todo el equipo original sigue ahí, funcionando, lo cual te transporta directamente a cómo se vivía hace cien años.
Piscina comunitaria
Como en casi todos los pueblos islandeses, aquí también hay una piscina pública con jacuzzis calientes y una sauna. En verano abre de 8:00 a 21:00 entre semana y de 10:00 a 18:00 los fines de semana.
Es donde se reúne todo el mundo. Después de un día de senderismo o bici, un baño caliente con vistas al fiordo sienta de lujo.

Dónde comer
Las opciones no son muchas, pero las que hay merecen la pena. El sitio estrella es el café Simbahöllin. La comida en Þingeyri es casera, reconfortante y suele girar en torno al pescado local. Es el tipo de sitio donde paras, te relajas y disfrutas del cariño que ponen en cada plato.
Simbahöllin está en una casa de madera de 1915 que antes era la tienda del pueblo. Los dueños, belga y danés, hacen unos gofres que muchos consideran los mejores de Islandia, servidos con mermelada casera de ruibarbo y nata montada. También preparan sopas, sándwiches y café muy rico. Abren a diario de junio a septiembre, de 10:00 a 17:00 más o menos.
La guesthouse del pueblo sirve cenas basadas en el pescado del día: sencillas, frescas y deliciosas.
También hay una tiendecita para lo básico. Para cosas más especiales, mejor comprar antes de llegar.

Dónde alojarse
El alojamiento es sencillo y muy acorde al sitio, que es parte del encanto. No esperes hoteles de lujo, pero sí habitaciones limpias, anfitriones majos y vistas que no se te olvidan. Todo está cerquita, así que siempre tendrás el fiordo y las montañas al lado.
- Hoteles en Þingeyri: Þingeyri no cuenta con muchas opciones de hotel. El antiguo Hotel Sandafell ya no funciona como un hotel tradicional y ahora forma parte del KEX Þingeyri, ofreciendo un alojamiento más relajado y social, con un ambiente distinto al de un hotel convencional.
- Guesthouse Við Fjörðinn: Pensión familiar con habitaciones y apartamentos, algunos con cocina. La terraza da directamente al agua.
- Camping: Pegado al fiordo, con duchas calientes, cocina, Wi-Fi y unas vistas que quitan el hipo. Unos 15 dólares por persona y noche.
Si vas en julio o agosto, reserva con tiempo. Fuera de verano, varias opciones cierran.

Información práctica para viajeros
La ubicación remota de Þingeyri implica organizarse un pelín más. El tiempo cambia rápido, hay pocos servicios y las distancias entre pueblos son largas. Pero con un poco de previsión, viajar por la zona es fácil y sorprendentemente relajado.
Clima y mejor época para ir
El clima es fresco y bastante húmedo. En verano, las máximas rondan los 13–15 °C. Incluso en julio necesitarás abrigo.
- Verano (junio–agosto) - La mejor época: luz casi infinita, clima más cálido y todos los servicios abiertos.
- Primavera (abril–mayo) - Puede quedar nieve y muchas cosas no abren hasta junio.
- Otoño (septiembre–octubre) - Paisajes preciosos, pero más viento y tormentas.
- Invierno - Solo para gente acostumbrada a condiciones duras: días muy cortos, mucha nieve y posibles cierres de carretera.
Qué llevar
Las capas son la clave. Mete en la maleta:
- Chaqueta y pantalón impermeables
- Forro polar o lana
- Buenas botas de senderismo
- Gorro y guantes
- Bañador para la piscina
- Protector para la cámara
Consejos útiles
- Alquila un coche con buena altura: hay tramos de grava.
- Llena el depósito en pueblos grandes: en Þingeyri puede ser complicado.
- Tarjeta para todo: incluso para pequeñas compras.
- Descarga mapas offline: la cobertura falla en las montañas.
- Cuida el paisaje: sigue los senderos, no conduzcas fuera de pista y cierra las vallas tras pasar.

Lugares cercanos para visitar
Þingeyri es una base estupenda para recorrer los Fiordos del Oeste: casi todo lo interesante está cerca y las carreteras son una gozada.
Cascada Dynjandi
A unos 28 km hacia el sur. Es la cascada más grande de la zona. El paseo hasta el salto principal dura unos 15–20 minutos y pasa por varias cascadas pequeñas. Ojo, algunos tramos resbalan.

Ísafjörður
A 49 km al norte, Ísafjörður es la localidad más grande de los Fiordos del Oeste y cuenta con restaurantes, tiendas, un museo marítimo y excursiones en barco a zonas aún más remotas.

Flateyri
Un pueblecito entre Þingeyri e Ísafjörður. Tiene la tienda más antigua del país, hoy reconvertida en librería, y un restaurante con música en directo.

Acantilados de Látrabjarg
A dos horas al sur por carreteras de montaña. Es el punto más occidental de Europa y el hogar de millones de aves, incluidos frailecillos, entre mayo y agosto. El camino puede ser duro, pero es un lugar espectacular para hacer fotos.

Conclusión
Þingeyri es una ventana a la Islandia de antes del boom turístico. Es un sitio auténtico, vivido, sin artificios. Llegar requiere un poco más de planificación, pero el premio son senderos tranquilos, gente amable y una conexión real con el paisaje.
Si vas preparado para un clima imprevisible y servicios básicos, descubrirás uno de los lugares más genuinos y memorables del país.

