a road going through a grassy field with a mountain in the background .
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Alejandro

Bienvenido a Látrabjarg, el fin del mundo

Imagina estar de pie en lo alto de un acantilado enorme, con tan solo la inmensidad del mar frente a ti. La sensación de soledad, rodeado de semejante belleza natural, sería absoluta si no fuese por las miles de aves marinas que graznan y vuelan a tu alrededor. En una alejada esquina de la ya de por sí remota región de los Fiordos Occidentales se levanta Látrabjarg, un lugar en el que la naturaleza se despliega en su máximo esplendor. Este lugar es salvaje y virgen, además de ser uno de los mejores destinos del país para ver aves como el frailecillo. Ven con nosotros a descubrir esta esquina de Islandia que parece ser el fin del mundo.

Información clave

  • Látrabjarg es una serie de acantilados situados en la región de los Fiordos Occidentales.
  • Es el punto más occidental de Islandia y de Europa.
  • Es un sitio genial para ver aves y alberga una de las colonias de frailecillos más grandes del mundo.

¿Qué es Látrabjarg?

Látrabjarg es un impresionante promontorio en lo alto de un enorme acantilado en la región de los Fiordos Occidentales, en el noroeste de Islandia. Se lo considera el punto más al oeste del país y de Europa, sin contar las Azores, aunque el archipiélago portugués tiene una consideración geográfica especial.

El acantilado tiene una longitud de 14 kilómetros y una altura de 441 metros sobre el mar en su punto más alto. Es un monumento geológico y uno de los mejores lugares del mundo para ver aves. Las paredes verticales del acantilado han sido esculpidas por el viento y la imparable fuerza de las olas del océano Atlántico. Es una zona bastante expuesta a las fuertes tormentas que llegan desde el mar. Hay un faro en la cima que sirve para guiar el tráfico marítimo por esta parte del océano.

Los acantilados se dividen en cuatro secciones: Keflavíkurbjarg, Látrabjarg, Bæjarbjarg y Breiðavíkurbjarg. Desde todas se tienen unas vistas sin igual del océano infinito. Groenlandia está a tan solo 300 kilómetros al oeste.

Geológicamente, Látrabjarg forma parte de los Fiordos Occidentales, la región más antigua de Islandia, que se formó hace millones de años y ha sido moldeada por fuerzas marinas y glaciares. Los acantilados tienen capas de basalto y turba, lo que da muestra de la actividad volcánica y distintas épocas de erosión. Algunas secciones tienen trozos de hierba, que es donde las aves, en especial los frailecillos, suelen colocar sus nidos. Hay varias especies de pájaros que viven o migran en estos acantilados. Aquí se pueden hallar alcas comunes, araos, fulmares boreales y gaviotas. También las focas se dejan ver de vez en cuando en las rocas de la parte inferior.

En 1947, un evento histórico tuvo lugar en Látrabjarg. Un remolcador británico de nombre Dhoon se quedó encallado aquí debido a una fuerte tormenta. Los granjeros y pescadores de la zona organizaron una misión de rescate y consiguieron salvar a los 12 tripulantes. Hay una placa conmemorativa que lo recuerda.

Más allá de su belleza natural, la sensación de estar solo que se obtiene en Látrabjarg es difícil de igualar. No hay vallas ni barandillas junto al borde de los acantilados, lo que hace que el paisaje luzca tan natural como es posible, pero es necesario ir con mucho cuidado. Hay senderos en la parte superior con vistas al Atlántico, pero hay que mirar donde se pisa, especialmente si ha llovido. Tanto si vienes por las vistas como por las aves, Látrabjarg es el típico sitio que no se olvida fácilmente.

un acantilado verde junto al mar

¿Por qué merece la pena visitar Látrabjarg?

Látrabjarg combina elementos diferentes para crear un ecosistema único. Es una mezcla de maravilla natural, vida salvaje y belleza remota. Aquí te dejamos las razones de por qué debería estar en tu itinerario por Islandia.

  • Es el punto más al oeste de Europa. Una vez llegas al faro de Bjargtangar, estás, literalmente, en el borde de Europa. Es una anécdota geográfica que viene acompañada de una sensación que es difícil de explicar, pero que querrás contar a tus amigos cuando vuelvas a casa.
  • Vida salvaje espectacular. Millones de aves marinas han hecho de Látrabjarg su hogar, entre las que hay más de un millón de frailecillos entre mayo y agosto. Estos simpáticos pájaros, con sus picos coloridos y manera graciosa de caminar, vienen aquí a anidar. No se suelen asustar con la presencia de humanos, pero es importante mantener una distancia prudencial. No es la única especie que hay allí. Se estima que el 40% de la población mundial de alcas comunes también anida en esta zona. Además, se pueden ver araos, fulmares y gaviotas, por lo que es un destino ideal para amantes de la ornitología.
  • Maravilla geológica. El paso del tiempo se puede observar en las paredes de los acantilados de Látrabjarg. Hay diversas capas que son la muestra de cómo los volcanes, entre otros elementos, formaron este lugar, con la lava llegando hasta el mar. Después, el viento, las olas y las tormentas se encargaron del resto, esculpiendo esta obra maestra.
  • Fotografía. Este paraje parece un estudio al aire libre esperando a ser fotografiado. El sitio, de por sí, es increíble, pero mejora aún más con las aves atravesando el cielo. La luz del atardecer es especial, con el sol ocultándose en el mar frente a los acantilados.
  • Un toque de historia. El rescate de 1947 de los tripulantes del Dhoon añade un punto diferente a este sitio, ya de por sí alucinante. También es el recuerdo de cómo los habitantes de los Fiordos Occidentales pusieron todo de su parte para rescatar a unos desconocidos.
  • Naturaleza sin alterar. La ubicación remota y la falta de desarrollo urbanístico en la zona han hecho que Látrabjarg se conserve virgen y sin modificar. Eso crea la sensación de estar solo en el lugar donde una vez acabó el mundo conocido.
dos frailecillos en un acantilado con pájaros volando en el fondo

Dónde está Látrabjarg y cómo llegar

Como ya hemos comentado, Látrabjarg hace que uno se sienta lejos de todo. Y es que, en realidad, está bastante alejado de todas partes. Es una esquina perdida de los Fiordos Occidentales, la región más aislada de Islandia. Esta parte del país tiene un terreno muy accidentado y poca población y puede ser complicado llegar hasta allí dependiendo de las condiciones climatológicas.

Ir desde Reikiavik en una excursión de un día no tiene mucho sentido, pero es un sitio que debería estar en tu lista sí o sí en caso de que decidas visitar esta fantástica región.

No hay mejor manera de ir a Látrabjarg, y de moverse por Islandia en general, que alquilar un coche. Así dispondrás de libertad de movimiento y podrás ir adonde quieras cuando tú decidas. Los acantilados se encuentran a 418 kilómetros de la capital y se suele tardar entre seis y siete horas sin parar.

Si vas a ir desde la capital, estas son las directrices:

  • Empieza tomando la Ring Road (Ruta 1) en dirección norte y gira a la izquierda hacia la Ruta 60 una vez pases por Bifröst. Esa es la carretera que conduce a los Fiordos Occidentales.
  • Continúa durante unos 200 kilómetros hasta que llegues a Flókalundur.
  • Desde ahí, cambia a la Ruta 62, en dirección a Patreksfjörður.
  • Desde este pueblo, toma la Ruta 612, que es de grava, durante 45 kilómetros aproximadamente, hasta llegar a la zona de aparcamiento de los acantilados.

La Ruta 612 es algo accidentada, con baches, así que conduce despacio y plantéate alquilar un vehículo con bastante altura, como un 4x4, aunque un coche convencional robusto podría recorrer la carretera en verano. Llena el depósito en Patreksfjörður, ya que no hay gasolineras cerca de Látrabjarg.

Hay una zona para aparcar en Látrabjarg, justo al lado del borde de los acantilados, cerca del faro de Bjargtangar. Es gratuito y tiene espacio suficiente para coches y cámperes pequeñas, pero no hay nada más, ni baños ni sitios para comprar comida.

Es importante saber que llegar hasta Látrabjarg en invierno puede ser muy difícil o incluso imposible. Bueno, eso se aplica a los Fiordos Occidentales en general. Es fácil llegar entre mayo y octubre, pero el resto del año muchas de las carreteras de la región cierran por la nieve. Sobre todo, las carreteras secundarias y de grava.

Recomiendo alquilar un vehículo 4x4 para recorrer la zona y lidiar con las carreteras que hay allí, incluso en verano. También es importante comprobar asiduamente el estado de las carretas antes de ponerse en marcha.

El tiempo en Látrabjarg

El clima de Islandia es un tanto difícil. Es duro, impredecible y cambia constantemente. La ubicación de Látrabjarg añade una variable adicional de inestabilidad. Te explicamos lo que te puedes encontrar en cada estación.

Primavera (abril y mayo)

La primavera llega a Látrabjarg con temperaturas al alza tras el invierno, situándose entre 0 y 7°C, pero suele llover y hacer viento. Los chubascos son bastante habituales y la nieve puede cubrir los acantilados, limitando la visibilidad. Los frailecillos empiezan a llegar a mediados de mayo, haciendo que la primavera sea buena época para verlos sin tantos turistas. Las carreteras aún pueden estar cubiertas de nieve y barro, así que mira su estado antes de viajar.

Verano (junio a agosto)

En cuanto al clima, esta es la mejor estación para ir a Látrabjarg. La temperatura media suele estar entre 8 y 15°C. Los días se alargan mucho, con casi 24 horas de luz natural a finales de junio. El tiempo es relativamente estable, pero puede aparecer lluvia o niebla de repente. Como los acantilados están bastante expuestos, suele hacer viento, lo que baja la sensación térmica. Es la mejor estación para ver aves. También es en la que vienen más turistas, aunque sigue siendo un sitio bastante tranquilo comparado con otras zonas del país.

Otoño (septiembre y octubre)

Parecido a la primavera, pero yendo en dirección opuesta. Las temperaturas suelen estar entre 2 y 8°C, con vientos fuertes y tormentas de manera más frecuente. La mayoría de las aves migratorias se van entre finales de agosto y principios de septiembre, pero los acantilados son muy fotogénicos con la luz típica de esta estación. La Ruta 612, la carretera que lleva a los acantilados, se embarra a menudo. Los primeros días de nieve llegan en octubre habitualmente, por lo que conducir puede ser aún más complicado.

Invierno (noviembre a marzo)

El invierno es duro, con temperaturas entre -5 y 3°C. La nieve suele provocar que se cierren varias carreteras de la región, por lo que llegar a Látrabjarg es imposible en ciertos momentos. Las condiciones en los acantilados son, por lo general, desapacibles y no hay aves.

Cómo vestirse para ir a Látrabjarg

Como el clima es tan peculiar en los Fiordos Occidentales, es importante saber cómo vestirse para ir a Látrabjarg. Te dejamos una lista de elementos que deberías considerar.

  • Chaqueta impermeable. Básica para protegerte de la lluvia y el viento. Si vienes en los meses más fríos, trae un buen abrigo impermeable.
  • Viste con capas. La mejor manera de adaptarse a los cambios de temperatura y condiciones variables es vestir con capas, aunque sea verano. Una capa base térmica, polar o lana para la capa intermedia y la chaqueta impermeable encima.
  • Pantalones impermeables. No son totalmente necesarios, pero pueden venir muy bien si se producen chubascos de repente.
  • Botas de senderismo. Impermeables, con agarre en el tobillo y buenas suelas para caminar por los senderos húmedos e irregulares.
  • Gorro y guantes. El viento puede ser frío aun en verano, así que tráelos. A lo mejor no los necesitas, pero no ocupan apenas espacio en la maleta.
  • Gafas de sol. Aunque suele haber nubes o niebla en Látrabjarg, el sol puede ser fuerte en verano.
  • Mochila. Para llevar comida, agua y las capas extra.
una mujer con ropa de senderismo abrigada sobre un acantilado

Qué ver y hacer cerca de Látrabjarg

Ir a Látrabjarg es una aventura de la que no te arrepentirás. No obstante, viajar hasta los Fiordos Occidentales requiere tiempo y esfuerzo, por lo que deberías aprovechar el trayecto al máximo. Aquí te dejamos una serie de lugares para hacer que la experiencia sea aún más completa.

Playa de Rauðisandur

Ubicada al sur de Látrabjarg, esta playa de 10 kilómetros de longitud tiene arena de color rojo, naranja y dorado, algo poco común en Islandia. Es habitual ver focas y también hay opción de ver ballenas, aunque es más raro.

una playa de arena dorada con acantilados al fondo

Reserva natural de Hornstrandir

En la parte más al norte de los Fiordos Occidentales se encuentra la reserva natural de Hornstrandir, una de las partes más vírgenes de Islandia. No hay carreteras que lleven a la reserva y la única forma de ir es coger un ferry en Ísafjörður, la capital de la región.

Hornstrandir tiene una amplia red de senderos que permiten atravesar sus paisajes de tundra, recorrer sus acantilados y pasear entre más de 260 especies de plantas. En esta zona hay muchos zorros árticos y es relativamente fácil verlos. Se puede ir en una excursión de un día o recorrerla durante varios, ya que hay zonas de acampada en la reserva. Eso sí, es necesario ser autosuficiente mientras se está allí, ya que apenas hay servicios de ningún tipo. Solo se puede acceder en verano.

vista panorámica de un cuerpo de agua rodeado por montañas y acantilados

Isla Flatey

Flatey es una isla en medio de la bahía de Breiðafjörður, que separa los Fiordos Occidentales de la península de Snæfellsnes. Solo se puede llegar en ferry y no se permiten coches en la isla. En el pasado era un importante centro pesquero, pero hoy en día es un sitio muy tranquilo con casas de madera de colores y una variada vida salvaje. Tiene una iglesia muy bonita y la biblioteca más antigua de Islandia.

IslIsla a de Flatey

Cascada Dynjandi

Conocida como “la joya de los Fiordos Occidentales”, Dynjandi es una de las cascadas más espectaculares de todo el país. Es una catarata en varios niveles con una caída total de 100 metros. Recibe también el sobrenombre de “velo de la novia”, ya que da esa apariencia desde cierta distancia. Hay un sendero desde la zona de aparcamiento que permite llegar hasta la base de la cascada.

vista aérea de una cascada y un río

Ísafjörður

La localidad más importante de los Fiordos Occidentales, con 2.600 habitantes. Ísafjörður se encuentra a 210 kilómetros de Látrabjarg. Recorre sus edificios históricos, visita el Museo de los Fiordos Occidentales o aprovecha la oportunidad para probar la comida de la zona en uno de sus restaurantes. Es el sitio desde donde coger el ferry a Hornstrandir o uno de los barcos que recorren los fiordos.

un pequeño pueblo en un fiordo

Dónde dormir cerca de Látrabjarg

No hay demasiadas opciones de alojamiento en Látrabjarg debido a su ubicación remota, pero estas son algunas de las más cercanas:

  • Fosshotel Westfjords (Patreksfjörður): Un hotel moderno situado a 60 kilómetros de Látrabjarg. Tiene habitaciones cómodas, restaurante y vistas a los fiordos.
  • Hotel Breiðavík: Es el que está más cerca de Látrabjarg, a solo 12 kilómetros. Es un agradable hotel y camping junto a una playa muy bonita.
  • Bjarkarholt: Está junto a la Ruta 62, una de las carreteras que llevan a Látrabjarg. Es un establecimiento familiar con habitaciones acogedoras y desayuno casero.

Consejos de viaje

  • Respeta a los animales. Mantén una distancia prudencial con los frailecillos y demás aves para no molestar a los animales ni sus nidos.
  • Mira dónde pisas. No te acerques demasiado al borde del acantilado. No hay vallas ni barreras y el suelo puede ser inestable en algunas zonas. Sigue las líneas pintadas en suelo.
  • Servicios. Trae agua, comida y ropa cálida, ya que no hay cafeterías ni tiendas en Látrabjarg. Los servicios más cercanos están en Patreksfjörður.
  • Mira el estado de las carreteras. En verano, las carreteras suelen estar abiertas y en buenas condiciones. Sin embargo, el resto del año puede ser más difícil llegar hasta allí. Puede llegar a ser imposible en invierno, pero el otoño y la primavera también presentan sus retos.
  • Elige la mejor hora. Ven al atardecer para ver a los pájaros en su hora más activa y disfrutar sin tantos turistas. También es el mejor momento para hacer fotos.
  • Reserva los ferris con antelación. Si quieres ir a Flatey o Hornstrandir, reserva los billetes de los barcos con bastante antelación.
una bandada de pájaros volando sobre una playa de arena dorada con acantilados al fondo

Conclusión

Hay lugares que son difíciles de describir a menos que los veas. Látrabjarg es uno de ellos. Es un viaje al confín de Europa, donde acantilados enormes se levantan sobre el mar interminable y donde las aves llenan el aire con sus cantos y sus plumas de colores. Es una esquina remota del país y no es especialmente sencillo llegar, pero, una vez que vengas, no te arrepentirás.

Preguntas frecuentes sobre Látrabjarg

Aparte de los frailecillos, puedes encontrarte con alcas, araos, fulmares, gaviotas y, con suerte, alguna foca descansando en las rocas al pie de los acantilados.

Calcula unas 2 o 3 horas para recorrer los acantilados, disfrutar de las aves y empaparte de las vistas. Si quieres hacer fotos chulas o caminar más, échale un poco más de tiempo.

Sí, puedes pillar tours desde Ísafjörður o Patreksfjörður, que muchas veces combinan Látrabjarg con sitios cercanos como Rauðisandur o Dynjandi. Mejor reserva con antelación.

Claro, puedes acampar en el Hotel Breiðavík, que está a unos 12 km y tiene un camping junto a una playa bien bonita. Eso sí, lleva todo lo que necesites, porque en Látrabjarg no hay nada, ni tiendas ni nada.